Cierra los ojos y siente como la energía de la tierra se levanta imponente con destellos azules y dorados en forma de espiral. Y ahora, imagina los diálogos de los ancianos que habitaron en el nuevo mundo.
En la sala del vacío inhalamos el elixir de la existencia en paz y nos damos cuenta de que es nuestra luz la que ilumina el camino de regreso a casa…