Estos días de descanso hemos cambiado algunas cosas en #Esferas y vamos a modificar algunas más a lo largo de las próximas semanas. Pero en esencia, seguirá siendo un espacio redondo donde los cristales seguirán teniendo voz propia. En este nuevo ciclo escucharemos muchas de las cosas ya escritas para intentar conocernos un poco mejor y para ello, nos apoyaremos en muchas herramientas que el Universo, y hombres y mujeres sabi@s, ya han puesto a nuestro alcance.
Septiembre, siempre ha sido para #Esferas un mes de reflexión, de análisis y planificación, un mes para poner en marcha asuntos nuevos y diferentes…. Como dice una sabia mujer, va por ti Beate, el 5 de Septiembre, o sea, hoy mismo, entraremos en un nuevo ciclo numerológico que estará regido por el número 7, por cierto mi número favorito.
El número 7 tiene una marcada energía mental (de visión más allá de nuestra mente física) que nos proyectará hacia la búsqueda espiritual, la interiorización, la reflexión y el análisis de nuestro sistema de valores. Habrá también una tendencia al aislamiento y la soledad (Beate M. Schweder)
El número 7 es un número de filósofos, psíquicos y escritores. Un número que representa la meditación, la contemplación, la disciplina y el intelecto. Es un número mágico que posee una vibración energética muy elevada.
Hace años, dibujando el número 7 durante un taller de numerología, toda la carga energética de este número ya estaba presente y pude percibir toda su fuerza. Lo plasmé en mi bloc de trabajo como una escalera de color que me llevaba a un espacio amplio desde donde podía contemplar lo creado hasta momento y elevar las ofrendas a los seres del Universo. Tres colores aparecieron en el último tramo de escalera: el rosa, el verde y un tono marrón rojizo. Una ofrenda que siempre se haría desde el amor y desde el perdón con una base de vitalidad que nos ayudaría a recorrer algunos caminos complicados que, inevitablemente, todos encontramos.
Hoy en #Esferas queremos brindar un homenaje a los nuevos inicios y lo hacemos desde la sabiduría ya escrita hace cientos de años.
Durante el período anterior a la manifestación del mundo no había nombres. Desde el momento en el Buddha llega al mundo hay nombres, y así nos aferramos a las formas. En el gran Tao no hay nada absolutamente secular o sagrado. Si hay nombres, todo está clasificado en límites y términos. El viejo Ma-Tsu decía: No es mente, no es Buddha, no es nada. Lo sin nombre es el origen del cielo y la tierra; el nombrar es la madre de las diez mil cosas…Del libro El camino del Zen, Alan Watts
Gracias a tod@s y como siempre bienvenid@s a este pequeño espacio.