Hemos recorrido un largo camino y nos detenemos para seguir recordando nuestro futuro. Hablamos de un nuevo amanecer porque día tras día se manifiesta con más claridad. Tenemos capacidad para observar los tonos de la mente y del corazón, los tonos de un nuevo camino amable, delicado, sensible, de un nuevo mundo envuelto en colores de cristal y cargado de sentimientos de paz, libertad, inmensidad y por que no, de eternidad.
Hemos tenido que ascender hasta la ciudad de la luz para contemplar el precioso paisaje que hemos ido dibujando día tras día, paso a paso. Y allí, justo debajo de nuestros pies, está la creación de la vida. Un nuevo mundo de expresiones diferentes, un mundo en el que contemplamos y somos contemplados. Un mundo que reúne la inmensidad del Cosmos y se perfila en cada respiración que tomamos.
Cuando finalmente abres los ojos descubres que algunos ángeles y maestros caminan entre nosotros/ Lo que no se ve, Frederic Solergibert
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